Cómo restaurar el enchapado de una puerta
Restaurar el enchapado de una puerta es muy fácil. Con el tiempo, incluso las mejores puertas acaban perdiendo su aspecto original. El revestimiento se desprende, aparecen grietas, zonas astilladas… Sin embargo, estos no son motivos para sustituir la puerta ya que la podemos restaurar y alargar su vida.
Los desperfectos más comunes son el desprendimiento de los cantos, o que salte algún trozo del enchapado del panel debido a un golpe. Nuestro consejo es que cuando aparezca un desperfecto pequeño lo arregles cuando antes. De esta manera, evitarás que el desperfecto se haga más grande, ya que con el tiempo, éste sería más difícil y costoso de reparar.
En este artículo os vamos a explicar cómo arreglar el enchapado de una puerta de diferentes maneras según el tipo de desperfecto que haya sufrido.
Contenido
Arreglar los desperfectos pequeños de una puerta
Cuando el desperfecto es pequeño, restaurar el enchapado de una puerta es un trabajo muy sencillo y económico.
Lo que necesitarás es algún recorte de enchapado del mismo tono que tu puerta. Lo encontrarás en cualquier tienda de bricolaje o de suministros de manera. Si el desperfecto es muy pequeño, las cintas de enchapar son perfectas, siempre y cuando te alcancen para cubrir la zona estropeada. Estas cintas las encontrarás en cualquier ferretería.
Material necesario para restaurar enchapados con desperfectos pequeños
El material que necesitarás para restaurar el enchapado de una puerta cuando el desperfecto es pequeño es:
- Cinta para enchapar o un recorte en un tono similar al de tu puerta
- Cutter
- Lápiz
- Regla
- Pegamento universal
- Cola de contacto
- Tijeras
- Lija de grano 180 y 360
- Acetona
Procedimiento para restaurar el enchapado de una puerta con desperfectos pequeños
Normalmente, cuando el desperfecto es pequeño, no es necesario desmontar la puerta. Por lo tanto, el primer paso será lijar la superficie dañada con una lija de grano 180. Seguidamente, repetimos este paso pero en esta ocasión con la lija de grano 360. Una vez finalices el proceso de lijado, limpia bien la zona con un paño para eliminar los restos de polvo y serrín.
Una vez hemos lijado y limpiado la superficie, marcamos toda la zona dañada con la ayuda de un lápiz y una regla. Seguidamente la cortamos con el cutter para que salgan los sobrantes fácilmente.
El siguiente paso consiste en lijar de nuevo con el objetivo de eliminar los restos de cola. Volvemos a limpiar la superficie y ya podemos proceder a recortar la làmina de enchapado a medida.
Truco para recortar el enchapado a medida
Teniendo en cuenta que por lo general los desperfectos suelen tener formas irregulares, un truco para recortar el enchapado a medida es plasmar es un papel la figura de la zona deteriorada. Para ello, puedes utilizar una hoja de papel carbón colocándola sobre el área con el lado que calca hacia arriba. Luego pon una fina capa de papel de cocina para que se marque fácilmente. Contornea la zona con alguna herramienta o bastoncito y quedará la silueta perfectamente calcada.
Coge la làmina de enchapado y pon una fina capa de pegamento universal. Luego pega encima la silueta que hemos calcado en el papel de cocina. Déjalo secar y recorta la silueta con unas tijeras. Seguidamente aplica una capa de cola de contacto asegurándote de cubrir bien toda la zona. Espera unos minutos y coloca encima el trocito de enchapado nuevo que has recortado con el papel puesto.
Para nivelarlo pon un peso encima, también puedes recurrir a la ayuda de un sargento. Es importante que entre el objeto, o el sargento y el enchapado pongas un paño para que no queden marcas.
Déjalo secar durante 12 horas. Transcurrido este tiempo ya puedes retirar el paño y el peso que hayas puesto. Frota el papel pegado con un trapito y un poco de acetona para sacarlo fácilmente.
Lija bien todas las juntas y la superficie con la lija de grano 180 procurando que al tacto quede lo más nivelado posible.
Cómo ajustar el color
Si el color del nuevo enchapado no coincide con el de tu puerta no te preocupes, suele ser bastante normal. Para ajustar el color puedes teñirlo con un tinte para madera del mismo color diluido en un poco de aguarrás. Para ello, coge con un pincel un poquito de tinte y dilúyelo en aguarrás. Mezcla y añade más tinte o aguarrás hasta lograr un color similar al de tu puerta. Aplica entre dos y tres capas. Entre capa y capa pasa una lija de grano fino para quitar brillo y suavizar. Para finalizar, aplica una capa de cera. Deja que penetre bien durante unos minutos. Si te equivocas o el resultado no te gusta, puedes retirar el color con una lija suave y repetir el teñido.
Cómo restaurar el enchapado de una puerta que se ha bufado
La hinchazón de las puertas de madera enchapadas suele producirse porque las láminas del revestimiento no se encolaron bien. Otro factor causante de este problema es la humedad. Si la puerta se usa en condiciones de alta humedad, o se ha limpiado con un trapo muy húmedo o como resultado de una inundación, la làmina enchapada se desprende y se hincha.
Podemos restaurar una puerta enchapada bufada de dos maneras distintas. La primera opción es mediante el planchado. En este caso, primero colocaremos un paño bien humedecido sobre la superficie bufada y lo dejaremos durante 15 minutos. Con esto lograremos que el enchapado sea más flexible. Después calentamos la plancha a temperatura baja-media (no alta) y plancharemos el área bufada.
Si el planchado no ha resultado efectivo, la segunda opción es recurrir al encolado. Necesitarás cola blanca y una jeringuilla común con la que se irá inyectando la cola debajo de la zona bufada. Después se debe presionar bien y planchar encima poniendo un paño seco. Seguidamente coloca un peso sobre la zona que debe pegarse, déjalo durante al menos 12 horas y luego ya podrás colocar de nuevo la puerta en su sitio.
Cuando una puerta se bufa, lo más recomendable es actuar de inmediato para que el problema vaya a más. Para ello, bastará con planchar la superficie.
Cómo restaurar el enchapado de una puerta que se ha agujereado
Si tenemos una puerta enchapada que se ha agujereado, una forma sencilla de repararla es rellenando el hueco con masilla para madera. Corta con un cutter el laminado de alrededor de la zona que se haya dañado de una forma regular (un cuadrado, rectángulo…). Rellena el agujero con masilla para madera. Existen diferentes colores por lo que seguro que encontrarás uno que se ajuste al tono de tu puerta.
Una vez haya secado la masilla, pasa una lija fina para nivelar la superficie. También puedes aprovechar y aplicar una capa de pintura o barniz para proteger la masilla.
Otra opción es rellenar el hueco con espuma de poliuretano. Para ello, antes de nada forra con cinta toda la zona de alrededor ya que la espuma de poliuretano se expande rápidamente y se puede salir del hueco. Lo mejor es que la vayas aplicando poco a poco, retirando lo que sobresalga y alisando la zona. Una vez esté el hueco relleno se puede encolar una làmina de enchapado del mismo color que la puerta.
A la hora de trabajar con espuma de poliuretano utiliza ropa vieja y guantes. De todas maneras, si manchas la superficie o la ropa, en el siguiente enlace encontrarás un par de trucos para eliminar con más facilidad los restos de espuma de poliuretano.